miércoles, 23 de mayo de 2012

Los enamoramientos

Desasosiego al leer demoradamente esta novela de Javier Marías. Como es habitual en su estilo narrativo, suceden muy pocos hechos sobre los que el autor construye un entramado psicológico de muy alto nivel, con posibilidad de múltiples niveles de lectura, con guiños a obras literarias de otros autores (Balzac, Dumas, etc.) o cruces de personajes que aparecieron en otras obras suyas. 
Marías escamotea hábilmente determinada información, y en esta ocasión su narración adopta el punto de vista de una mujer. En mi opinión no concuerda demasiado la edad de la protagonista con la madurez psicológica alcanzada en algunos de sus análisis. Personalmente no he podido evitar sentir en determinados momentos que era el propio Javier Marías el protagonista, no el personaje de María. 
Leí en un análisis sobre esta novela que en realidad el autor se desplegaba en los dos protagonistas: María Dolz y Javier Díaz-Varela, cuyos nombres de pila corresponden respectivamente al apellido y al nombre del escritor. Me pasé media novela pensando a qué se dedicaría este Javier Díaz-Varela en la ficción. Dan ganas de inventarle una vida, o que Marías continúe la narración desde el punto de vista de este hombre, hacia atrás (contando los hechos acaecidos en la novela) y hacia el futuro, o quizás que aparezca en otra novela como personaje principal o secundario. Pero seguro que ésto ya se le ha ocurrido al autor, al que le gustan este tipo de juegos metaliterarios tan interesantes. 
Los pensamientos acerca de la condición humana me parecen muy acertados en general, y muy reveladores de un sistema ético que el autor nos ha mostrado en otras novelas, y cuya evolución uno sigue esperando con avidez en la publicación de próximos libros. 
Aunque he tardado mucho en leer esta novela, puedo afirmar que me ha satisfecho plenamente. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Intocable

Una sucesión fantástica de teclas de piano al comienzo de la película me transmite ya una emoción difícil de describir y coloca mi sensibilidad en un estado más que propicio para la contemplación de cada escena con una tremenda atención. A veces, la suntuosidad de la vida del hombre tetrapléjico inmensamente rico comparada con la miseria del barrio del que proviene Driss me producía un disgusto seguramente estéril, aunque por otro lado toda la parte artística-cultural del entorno de Philippe me encantaba. A través de los ojos de Driss vamos contemplando la belleza de las cosas, el deseo que le invade cuando contempla a la hermosa Magalie, una pelirroja muy sugerente, de espléndidas curvas y mirada sensual, el cambio que se produce en él y en Philippe por su contacto mutuo, la vitalidad de ambos a medida que avanza la película. 
Lo que más me ha gustado es sin duda esta amistad que se produce entre los dos protagonistas de la historia, la complicidad, la necesidad mutua, la camaradería lograda al final de la historia.
El contraste entre la inmovilidad de Philippe y el baile fantástico de Driss, mostrando todo el poderío físico de éste, el viaje en parapente, algunos detalles culturales (citan una aliteración, habla Driss de "un verso alejandrino", salen huevos de Fabergé, y la música clásica que recorren en la velada del cumpleaños de Philippe es genial),  y la secuencia en la que la madre adoptiva de Driss vuelve agotada de un trabajo alienante como limpiadora mientras él y su hermano la esperan, hicieron que la película me produjese una gran impresión.