lunes, 30 de abril de 2012

Feria del libro

¡Qué decepción!
He visitado la Feria del Libro de Valladolid, instalada este año por primera vez en la llamada Cúpula del Milenio, un espacio pequeño, en el que en un día frío, cuando salía el sol hacía un calor tremendo. No sé muy bien qué ha pasado: supongo que la mayoría de las librerías han boicoteado el lugar de instalación de la Feria (no creo que hubieran entrado allí muchas más de las que había de todas formas), convirtiendo el espacio en una especie de feria institucional que podía visitarse en unos pocos minutos sin mayor interés para la mayoría de los visitantes. He añorado el paseo de coches del Campo Grande, el espacio abierto, los árboles circundantes, la gran cantidad de puestos presentes, tantos que era difícil verlos en una sola visita, la gran carpa para las conferencias y los debates, la caseta de firmas en la que solían coincidir varios autores, y sobre todo la gente paseando que se demoraba en el centro de la Feria para conversar en inesperados encuentros. Los pocos minutos que he dedicado a observar los puestos allí presentes me han servido para comprender que allí estaban sólo instituciones, patrocinadores, dos pequeñas librerías diferentes que se han debido colar gracias a la falta de otras de más tradición, y apenas nada más. He intentado buscar un libro de poesía, y los dos que he encontrado eran de poetas locales para mí desconocidos, pero al parecer publicados por diputaciones o ayuntamientos. No he podido salir de allí de buen humor, como cada año.