miércoles, 20 de octubre de 2010

Philip y los otros

Acabo de terminar de leer la novela de Cees Nooteboom titulada Philip y los otros, considerada por el autor como una novela de juventud, un tanto romántica e inocente. Me ha parecido un relato interesante, aunque por momentos perdí el sentido de lo que se decía o contaba, pues la novela se acerca al surrealismo. Aún así, hay pinceladas importantes que me han dejado algo: la búsqueda, los estilos de vida de una época muy temprana tras la Guerra Mundial, los viajes, el vivir al margen de lo que consideramos la sociedad, subsistiendo y buscando aventuras, la belleza de algunos paisajes, la rareza de los personajes que coincide con la rareza de cada uno de nosotros, la búsqueda de la belleza aún en situaciones desesperadas. Me ha gustado el sentido de la narración, el sentido que otorgan las historias que se cuentan a cada uno de los personajes, aunque no es una narración convencional, deja muchos cabos sueltos, prepara el terreno para contar situaciones que luego no existen, es decir, en cierto modo desperdicia situaciones creadas. Posiblemente esta generosidad al cortar las historias posibles es lo que hace que tuviera tan buenas críticas en su tiempo, la posibilidad de imaginar situaciones al filo de las historias que aquí se narran. Sí me ha gustado, más en la seguridad de que he leído algo diferente, que en la calidad absoluta que le otorgo a la novela. 

jueves, 14 de octubre de 2010

Premio Nobel de literatura

Aapenas he leido a Vargas LLosa, o hace ya mucho tiempo de ello y tal vez mis recuerdos son confusos. Me he dedicado estos días a preguntar a quien lo ha leído y todo el mundo opina que es un fantástico narrador, con una técnica depurada, creador de un lenguaje propio. Siento por tanto, que por culpa de mis prejuicios mediático-políticos, me he perdido algo grande en la literatura en Español contemporánea. Por un lado eso y por otro lado de repente siento la alegría de encontrarme con una obra extensa de lectura virginal para mí. ¿Cuáles son las razones por las que sistemáticamente he rechazado la obra de este escritor? En primer lugar creo que fue su intento de entrar en política en Perú, de la mano de un grupo de presión opuesto a mis ideas de entonces. En segundo lugar, su estilo de vida, o como dijo un profesor de literatura hace unos días, su pertenencia a la aristocracia literaria y su vanagloria de ello. En tercer lugar son sus artículos dominicales en el diario El País en una sección titulada pomposamente Piedra de Toque; estos artículos las más de las veces me han parecido insulsos y contrarios a mis ideas, casi siempre dedicados a desvirtuar politicamente a alguien. 
Reconozco no obstante que mi alejamiento de sus novelas, nada tiene que ver con la calidad o la estructura de su escritura; si acaso, con el objeto de ésta. Así es que con un firme propósito de enmienda, acabo de adquirir Travesuras de la niña mala para ver si puedo acceder a un filón literario. Ya hablaré del libro cuando lo lea. 

lunes, 4 de octubre de 2010

Los detectives salvajes


Cuando leo un libro que me gusta, a menudo me pregunto si yo hubiese podido escribir una obra parecida. Acabo de terminar el libro de Roberto Bolaño Los detectives salvajes, y en este caso mi respuesta contundente es no. No hubiera podido escribir nada parecido, ni remotamente parecido, aún incluso después de haberlo leído. En primer lugar porque mi concepción de las historias es mucho más lineal, en segundo lugar porque como escritor-lector de mí mismo, me habría interesado saber un poco más acerca de la mayoría de personajes que allí aparecen; todo es demasiado abierto para mi curiosidad natural. En tercer lugar, porque es muy difícil escribir así, imaginar una historia como esa, con tantas ramificaciones, con tantos personajes, con tantos detalles sutiles, con tanto surrealismo, con tanta poesía…
Me ha fascinado la lectura de esta obra, y eso que ya conocía a Bolaño, había leído 2666 y El Tercer Reich y me parecía un escritor de culto. Ahora creo que esta novela supera todo lo que había leído suyo anteriormente. Creo haber aprendido estilos de vida, posibilidades, caminos, formas de escribir desconocidas, pero sobre todo me ha hecho renovar mi pasión por la literatura, por la poesía, al tiempo que me ha abierto la puerta para adentrarme en escritores de los que nada sabía. Pienso que he encontrado un filón de lectura-escritura en estado puro, en otra dimensión de lo que acostumbramos, más libre, más creativa, más subversiva, sin nada que perder pero al mismo tiempo destruyendo todo lo que toca.