viernes, 5 de septiembre de 2008

Shalimar el payaso


Cada novedad de Salman Rushdie es un acontecimiento literario para los sentidos, un enorme campo de aprendizaje de las emociones, sentimientos, actos, causas y consecuencias. Esta novela que terminé de leer anoche es compleja, densa, fantástica, llena de poesía, diferente y difícil y erudita y asequible al mismo tiempo. Revela documentación y trabajo, inspiración conocimiento profundo de determinadas naturalezas: terroristas, millonarios, almas perseguidas por la conciencia, magia, conflicto, la historia al servicio de la narración descarnada.
Ha sido una lectura lenta, de casi todo el verano, a poquitos, cuando encontraba un hueco de tranquilidad y concentración, cosa cada vez más complicada. Apenas he hablado con nadie de este libro, apenas conozco a nadie que haya leído a este autor, maldito entre los malditos desde los Versículos Satánicos que no he leído, aunque sí Hijos de la Media Noche, y Furia, y El Último Suspiro del Moro, todas ellas fantásticas, todas ellas impregnadas del conocimiento del ser humano, de la India incógnita, llenas de detalles inteligentes y muy acabadas, muy completas, muy literarias. Lástima no leerlas en inglés. Me quedo con el concepto de las redes invisibles del mundo, con la poética del amor-muerte, con la resignación, la perseverancia y la búsqueda de lo imposible.

No hay comentarios: