viernes, 8 de agosto de 2008

Paseos por la montaña

Durante las vacaciones en la sierra de Hervás descubro cada año senderos que atraviesan la aparentemente inextricable vegetación, caminos no tan ocultos, transitados por burros u otros animales a juzgar por los excrementos. Nunca me encuentro a nadie, bien por no ser la hora propicia para que los lugareños pasen por allí, bien por la baja frecuencia con que son utilizados. Utilizando mapas topográficos de la zona he descubierto algunas rutas que suben a la llamada pista Heidi trazada sobre la sierra a lo largo de 26 kilómetros. Conozco los extremos y otras 4 formas de llegar a puntos intermedios. Creo que cada año están menos utilizados los senderos, a pesar de que algunos utilizados como rutas de senderismo están más hollados y mejor señalizados, pero los que no vienen en las guías o no están marcados son difíciles de encontrar; algunos están empedrados desde hace cientos de años, pero la maleza terminará por ocultarlos. Es una realidad que una forma de vida rural, de cultivar prados y ganado en las tierras altas está en vías de desaparecer dado lo costoso del trabajo y el bajo rendimiento económico que produce. Eso se llevará por delante toda la red de senderos horadados y transmitidos durante generaciones. Es la vida del consumo, el capitalismo exacerbado lo que termina con estas formas de vida.

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