viernes, 27 de junio de 2008

Euforia

Símbolos por doquier recuperados para el común de los españoles, las caras pintadas como si se tratase realmente de algo importante, una lucha, un simulacro de guerra, juegos modernos de distensión, de catarsis, de ritualización, de canalización de las pasiones más primarias: fútbol. La euforia produce olvido del resto de cosas que unas horas antes parecían importantes. Los medios de comunicación están desbordados con las noticias futbolísticas y ya no conceden importancia a los asuntos que les ocupaban días antes. Hay grados de euforia, pero en todo caso es no pensada, no filtrada, no racionalizada, de forma que aún en medio de una crisis se volverá al consumo masivo, a la única forma de ocio que existe para paladares no educados: consumir. Lo que no se paga no se valora, en el engaño capitalista del que somos menos conscientes. En fin, bienvenida sea la alegría común en este país cainita.

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