jueves, 24 de abril de 2008

Montañas de datos inútiles

¿Para qué sirve hoy el conocimiento? Hay quien piensa que todo conocimiento que no puede ser traducido en dinero no sirve para nada. Me he encontrado a lo largo de la vida personas pragmáticas (en exceso diría yo), que pensaban así. Es un poco (generalizando mucho), el sentir del ciudadano estadounidense. Hay por contra quien piensa que el conocimiento puede redundar en el disfrute personal. La verdad es que hay cosas que aprendes sin saber muy bien para qué las quieres, y que al final suponen una cierta carga inútil, pues ni las dominas con amplitud y profundidad suficientes, ni las desconoces. Si surge una conversación en la que aparecen cosas de este tipo, te enfrentas a la disyuntiva de si opinar o no al respecto: por un lado te resultan suficientemente familiares, pero por otro lado te faltan elementos de peso para profundizar en el tema. Sin embargo hay quien se lanza a hablar de temas que tan sólo han escuchado en televisión o radio de forma excesivamente superficial, y contra los que nada apenas puedes aducir. Me ha pasado hoy en una clase de francés a propósito de la Corriente del Golfo (Gulf Stream en inglés). Mucha gente ha oído hablar de ella, pero nadie aclara como puede influir en el cambio climático, ni que significa en nuestros climas actuales. Sin embargo en otros países del mundo este tema es de cultura general.

martes, 22 de abril de 2008

Bosque de acero

Ayer, mientras paseaba con el bebé me dediqué a observar una de las consecuencias de la tan cacareada remodelación de la Avenida de Salamanca, y esa contemplación me hizo pensar en la vida tan volcada en el consumo, en los impuestos indirectos, en la publicidad invasora, en las comisiones por doquier sin que puedas fiarte de nadie: en un pequeño espacio con forma de media luna, en principio dedicada a jardín, en una esquina de un puente sobre el río, con una vista magnífica desde la carretera, se han plantado 27 árboles y se ha sembrado de césped. A continuación se han colocado nada menos que 18 postes metálicos para sostener carteles publicitarios enormes que ocultan toda la vista del río al tiempo que distraen a los automovilistas. Es terrible la ocupación de espacios urbanos por mobiliario destinado a la publicidad. ¿Dónde van todos esos ingresos?, ¿se gastan en las propias obras?, ¿estos anuncios son efectivos en nuestra sociedad?, ¿provocan algún tipo de accidente?. Desde luego dan la sensación a la entrada de la ciudad de que se descuida el ambiente, el paisaje, de que se hace fea la ciudad nada más entrar, justo en un espacio que debiera ser un escaparate turístico. En fin, que la perfección no existe.

lunes, 14 de abril de 2008

Equilibrios

Qué difícil establecer equilibrios vitales, entre lo que se tiene, lo que se quiere, lo que es posible, y la vida misma. En algunos instantes del día uno se siente afortunado, otros por contra quisiera desdoblarse en varios sujetos, envidiando cada historia conocida y aún incógnita, imaginada, inventada. Y sin embargo vivir consiste en eso, salvo cuando la propia subsistencia está en juego, cuándo uno no tiene tiempo siquiera de pensar en veleidades acuciado por otros problemas más urgentes. Cuando los mínimos vitales están cubiertos, la clave consiste en regenerarse, ir inventando nuevas metas, cultivar aficiones y amistades, sentirse útil, huir del aburrimiento y de la rutina. Es fácil de decir, pero a veces se agotan las energías y es imposible plantearse nada. Hay días en los que a duras penas conseguimos componer la figura, asearnos, mantenernos erguidos, en los que lo que pide el cuerpo es hacerse un ovillo y quedarse quieto esperando...

jueves, 3 de abril de 2008

Nacimiento de un bebé

Casi tres meses después de que haya nacido mi hijo quiero dejar constancia de algunas cosas que he ido descubriendo, que seguramente al resto de los mortales que hayan pasado por esta experiencia no les resultarán novedosas. La primera es que no sentí una vinculación especial con él nada más nacer, pero poco a poco me doy cuenta de que la voy adquiriendo, pero muy poco a poco. La segunda es que durante un tiempo me he sentido bastante egoísta respecto a él: no estaba dispuesto a hacer demasiados cambios en mi vida ante la llegada del bebé, pero esto creo que tiene también que ver con una filosofía educativa que consiste en no hacer al bebé el centro de tu mundo. La tercera es que he sentido que son en realidad los gestos que hace el bebé y que en particular te hace a ti, es decir en cierto modo las atenciones que te dispensa, las que al final hacen que sientas una debilidad especial por el personajillo. Eso debe ser una pura adaptación de supervivencia, casi ajena a cualquier cultura. Hay que ser muy duro de mollera para no sentirse impresionado ante la velocidad de los cambios en el niño, y muy duro de corazón para no "ablandarse" ante la colección de gesticulaciones de que es capaz. Tengo la vaga sensación de felicidad sin entrar en detalles, pero no una felicidad obligada por el cumplimiento de un deseo tan largo tiempo esperado, sino una nebulosa en la que muchas cosas han dejado de ser importantes. También me está ayudando a conocerme un poco más en aspectos en los que nunca había reparado.

miércoles, 2 de abril de 2008

La llegada de la primavera

Es curioso como se ha pasado "el tiempo de los graves estudios" que decía el padre Feijoó con la llegada del calor. Al cuerpo desganado lo que le apetece es aventurarse por los prados correteando libremente, en vez de estar encerrado entre cuatro paredes ejercitando mente y espíritu. He visto esta tarde una pandilla de adolescentes que hace una semana no se hubiera reunido, o al menos no al aire libre, alegres, ilusionados, esperanzados, disfrutando del sol de primavera. También ancianos que apenas se tenían en pie aprovechaban para darse su baño de sol y alejar reúmas y demás achaques de la edad. En fin, que habrá que hacerse al nuevo tiempo, trabajar un poco y disfrutar un mucho si es posible, puesto que parece que todas las fuerzas y bellezas de la naturaleza se alían para que lo hagamos.