miércoles, 4 de julio de 2007

Nueva ética

Hace unos días tuve la idea de escribir acerca de esos pequeños jardines municipales, pequeños rincones que aparecen aquí y allá, las más de las veces escondidos, cuidados hasta el detalle más ínfimo por alguien a quien le gusta su trabajo, que seguramente se siente más que orgulloso por esas pequeñas obras de arte. Merece la pena pararse a contemplarlos, aunque vamos demasiado deprisa para su contemplación.
Vamos muy deprisa, sin saber casi nunca adonde vamos. Consumimos tiempo quitándonos cosas de encima, sin disfrutarlas en realidad, sin un plan claro, sin rumbo..., a veces con el único objetivo de pasar de alguna forma tranquila y acomodada por la vida, sin investigar apenas nada, sin aportar nada, ejerciendo como pequeños reyezuelos en nuestras parcelas, desatacando en cosas inútiles. Hubo un tiempo en el que la conciencia de uno mismo era importante, la religión "premiaba" los buenos comportamientos, justificaba vidas y vidas. Ahora tal vez eso ya no es posible, se necesita algo más. Algo que algunos encuentran escribiendo, creando, investigando, influyendo, divirtiéndose, o simplemente no encuentran nada, claudican, o a veces delegan en sus hijos presentes o futuros, la tarea que ellos no han podido llevar a cabo. Quizás necesitemos volver a esa postura ética personal con la que dar ejemplo, alejada de mesianismos, fundamentalismos del tipo que sean. Mantener el tipo, ser de una determinada manera que aporte algo a los demás. Tal vez esa sea la única manera.

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