jueves, 12 de abril de 2007

Publicidad

Igual que durante las procesiones de Semana Santa se me ocurrió la idea (sin duda sacrílega) de que los cofrades podrían llevar publicidad en sus hábitos para no desentonar con el mundo moderno, y así de paso, amén de ser atracciones turísticas, convertirse en una buena fuente de ingresos, hoy al ver un coche llenito de publicidad, he pensado en la cantidad de espacios que se derperdician en no poner publicidad en todos los vehículos, eso si aceptamos que en este mundo supercapitalista en que vivimos todo lo que se mueve tiene que ver con el comercio. Ahí se vería el carácter o la seriedad de la gente en qué publicidad tendría en su coche. Pero también esto me ha hecho reflexionar en si todo se puede comprar o vender, o aún quedan otras cosas digamos espirituales o éticas que nos impiden que esto sea así. Y de quedarnos algo, este algo aumenta o disminuye según pasa el tiempo. No puedo responder así a bote pronto.

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