lunes, 26 de febrero de 2007

Pequeñas Ilusiones

Al igual que en el libro de Hermann Hesse así titulado, hoy creo que siguen vigentes aquellos consejos, de disfrutar cada minuto de esas alegrías que sólo tendemos a ver a toro pasado, cuando ya no es posible recuperarlas, darse cuenta de las pequeñas felicidades que atesoramos cada día, sin valorarlas apenas. Por ejemplo, conducir relajádamente en vez de ir a toda prisa por la calle con el coche, disfrutando de la máquina, de la posibilidad de poseer un coche, cosa que muchos ciudadanos del mundo no pueden permitirse. O sentir la libertad de poder escribir cuanto quieres, o hacer un alto en el día para leer unas líneas, o para disfrutar de la serena belleza de una música. Ahora que casi llega la primavera, seguro que empiezan a florecer los almendros y se puede disfrutar tanto del colorido como del olor de esas flores. O sentir al ser amado a tu lado, cariñosa estupenda, sentir que no existe nada en el mundo fuera de vosotros dos durante unos instantes...
No hay que huir del intento de conseguir grandes alegrías, generadas por grandes logros y esfuerzos, pero la suma de pequeñas alegrías es el sustento vital que nos permitirá vivir más felices y progresar.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Vuelta a las ideas peregrinas

Vuelvo con renovadas ideas: ¿cuánto mundo existe desconocido para cada uno de nosotros?. Todo indica que es bueno tener experiencias, viajar, descubrir otras formas de vida, otros lugares, otros pensamientos, pero todo ello, a veces te deja un poso de tristeza terrible por la imposibilidad de aprehender todo cuanto existe, o mejor aún, todo cuanto tienes la posibilidad de conocer, dentro de tus limitaciones naturales, o económicas, o incluso aquellas que tu energía personal te posibilitarían conocer. ¡Cuántas vidas, cuántos mundos incógnitos!. Y mientras tanto, cada día avanzas quitándote de encima los problemas según van viniendo, o resolviendo lo mejor que puedes las encrucijadas que la vida te va presentando. Y disfrutas todo lo que puedes, o todo lo que tu estructura nerviosa te permite. O todo lo que emocionalmente has sido capaz de construir a tu alrededor. Es un pensamiento un poco triste: la profundidad de lo inaprensible, las vidas que no vamos a vivir, aprender a conformarte con lo que está a tu alcance y gestionarlo de la mejor manera posible: optimización de los recursos propios.

lunes, 5 de febrero de 2007

Liencres

La vida paradisiaca existe algún fin de semana: la contemplación del mar, la luz, el olor de los prados aún vírgenes (cada vez quedan menos), un paseo matinal por la playa, unas rabas mirando al infinito azul, la montaña, las vacas pastando, los caballos en el monte, construcciones idílicas (afortunados los que viven en ellas), un clima suave, aunque húmedo. Realmente un descanso para la mente (tal vez porque sólo hemos estado allí un par de días), una forma de recuperar la energía vital tan necesaria para comenzar nuevos proyectos. Y un poco de literatura extra: "Manual de Infractores" de Caballero Bonald. Un lujo del lenguaje.

viernes, 2 de febrero de 2007

Todo llega

El fin de semana se nos echa encima sin apenas darnos cuenta. Era un fin de semana esperado: viajaremos por fin. También parece que los nudos se van deshaciendo conforme deben, paso a paso, con paciencia.
Hoy todo el mundo está preocupado en las publicaciones por el llamado "Cambio Climático", por la posibilidad de usar energías renovables, pilas de hidrógeno, etc. Sin embargo no lo vemos como una necesidad acuciante, sino más bien, como algo que se está poniendo de moda, algo que preocupa aún poco, pero este poco es ya algo. De todas formas va a ser difícil consensuar un plan de ataque para parar esto; mi opinión es que se irá parcheando por donde se pueda, sin una coordinación ni un consenso común. Y mientras, todo el mundo distraído con deportes o cine, o lecturas para pasar en rato.